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El Niño Interior y el Jardín Interno

29 de diciembre de 2015
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El Niño Interior y el Jardín Interno

Hablando del niño interior… Hace poco, solo ahora, estaba leyendo un capítulo de mi libro Terapia Regresiva Reconstructiva: Trascender al Siguiente Nivel, y en el capítulo número 5 habla precisamente sobre el jardín interno, sobre el jardín interior que tenemos los seres humanos.

Es precisamente en ese jardín interno donde yace el niño interior. Dónde podemos al niño o a la niña interior en el caso de las damas, para jugar, para que se encuentre consigo mismo(a),
que se encuentre con otros niños y niñas, que se encuentre también con los animalitos del bosque y que se encuentre con toda esa ecología emocional, natural y ambiental que se encuentra en ese jardín del niño interior.

En nuestra Escuela del Niño Interior, los formadores siempre procuramos que cada uno de nuestros aprendices se encuentre con ese niño(a) interior, y por supuesto, se encuentre en ese jardín interno, en ese jardín donde se encuentra la totalidad de las posibilidades, la totalidad de los recursos internos que tenemos todos los seres humanos. Donde podemos entender como funciona la vida.

El porqué en la actualidad de adultos nos están pasando cosas o situaciones que traemos de atrás, bien sea de nuestra niñez, o del momento en que mamá estaba en gestación de nosotros, que nos estaba esperando en su vientre materno, en su barriga, en su pancita, en la tripa, como tú le llames en tu país de origen. Cuando tu estabas allí también es posible que se hayan formado todas esas situaciones que hoy nos atormentan la vida y que no nos permiten ser felices.

Cuando vamos a lo profundo de ese jardín interno, y nos encontramos con ese niño(a) interior, y le sanamos, y le damos los recursos suficientes para ser feliz; no solamente se sana, sino que también entiende a los adultos de atrás sin culparlos, sin condenarlos; porque ellos simplemente nos dieron lo que habían recibido. Y como dice la gran maestra Louise Hay en su libro Tú puedes sanar tu vida: “Somos repetidores de repetidores”. Quizás a nuestros padres no les dieron mucho amor, los maltrataron y ellos a su vez aprendieron a maltratar y por ende nos maltrataron a nosotros. Y si nosotros no hubiéramos aprendido y no hubiéramos sanado a nuestro niño interior, como lo hemos hecho acá por ejemplo, con la Doctora Claudia Huertas. A quien ustedes han visto hablando sobre el niño interior, sobre por qué no somos felices, o cómo enseñar a ser felices, cosas como esas.

Una de nuestras terapeutas y formadoras, una psicóloga maravillosa, a quien les recomiendo también en la Escuela del Niño Interior. Lo mismo que han visto los otros terapeutas y los otros facilitadores. Estas personas maravillosas y yo, sino hubiéramos entrado a esto proceso de sanar a nuestro niño interior, por supuesto que nuestros hijos seguirán llevando esa carga existencial de los antepasados.

Uno de los grandes objetivos o fines de la Escuela del Niño Interior, no solamente es que tú te formes como un terapeuta o como un facilitador en procesos de cambios y en sanación emocional o intergeneracional del niño interior, sino que tú mismo(a) hagas tu propio proceso, sanes a tu propio niño(a) interior y a partir de allí va a ser más fácil que tu como coach, terapeuta, consultor en desarrollo personal, psicólogo o la profesión que tengas; en el momento de aplicarlo con tus clientes o pacientes, va a ser muchísimo más fácil. ¿Por qué? Porque así como dice uno de los libros santos de la cristiandad, La Biblia: “De la abundancia del corazón hablan los labios”. De la abundancia del corazón habla la boca.

De esa misma forma, si tu niño interior está sano, si tu niña interior está sana, vas a tener una abundancia en el corazón de sabiduría, de amor, de ternura, de paz, de valores, de una cantidad de hechos y de elementos axiológicos, que en el momento de aplicarlos en el común, en la vida social, esto va a ser maravilloso y esto va a repercutir para el bien de todas las personas que te rodeen. De esa forma vamos a ser muy ecológicos, vamos a estar sanos nosotros por dentro y a su vez vamos a ayudar a sanar a otras personas.

“La felicidad puede ser un concepto, y no se puede aprender y no se puede enseñar”. Pero si tú por dentro eres feliz, si tú por dentro tienes la felicidad; simplemente la vas a transmitir en tu forma de ser y por donde quiera que vayas, esa felicidad te va a preceder. Y no se puede dar de lo que no se tiene. Por eso, sana a tu niño interior, a tu niña interior, para que seas mucho más feliz, y siendo más feliz vas a hacer que tu pequeño universo, tu familia, las personas de tu empresa, en lugar en donde te mantienes, con las personas que te reúnes; ese pequeño universo empieza a cambiar y este a su vez, vaya siendo multiplicador de multiplicadores hasta llegar al momento de cambiar ¿por qué no? a todo el universo.

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