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La Prosperidad y el Niño Interior

12 de noviembre de 2011
elninointerior

La Prosperidad y el Niño Interior

Índice

Cuando hablamos de prosperidad nos referimos a los beneficios de la integralidad humana y no de una sola área como lo dan a entender los predicadores de la prosperidad, quienes se enfocan solo en el dinero y en la parte financiera como único eje de felicidad y autorrealización humana.

Prosperidad
Curso favorable de las cosas. Buena suerte o éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre.
Diccionario de la lengua española

Ser prospero es estar bien en todas las áreas de la vida donde el equilibrio perfecto del universo personal de cada individuo se mantiene en constante armonía con el universo exterior, donde diariamente se escuchan las hermosas melodías del amor como danza o movimiento, donde todo es perfecto, armonioso, hermoso y divino. Donde se siente una suave briza de la paz interior que con perfumes de los triunfos adquiridos adornan la existencia humana. Donde tus ojos por fin ven directamente a la luz sin sentir fastidio y temor de enceguecerse por el resplandor de las riquezas y bienes de otros.
La prosperidad y el niño interior.
La prosperidad y el niño interior se relacionan ya que es a partir de las primeras impresiones o percepciones que el ser humano tiene en su niñez sobre la prosperidad que crece abundando en prosperidad o en escasez por lo visto, escuchado y sentido con sus padres y adultos de su entorno en los años de su niñez.
Unos padres prósperos, educados, sanos y sin temores van a levantar solo hijos triunfadores, exitosos y prósperos en todos los sentidos, pues la primera escuela de la prosperidad está en casa con la familia, y no en la academia externa donde el mercantilismo barato la ha denigrado restándole valor y resumiéndola solamente a la adquisición de dinero y bienes terrenales.
En ese orden de ideas, la prosperidad y el niño interior serían una integración de dos poderosas fuerzas que le darían el equilibrio perfecto al ser humano permitiéndole ser integral.

El niño interior sano en el adulto será lo que al final del día le permita ser próspero y feliz.

Un día cuando tus lágrimas de dolor caigan, las escamas de tus ojos se desintegren, los tapones de tus oídos se derritan, las barreras emocionales se eliminen y que en tu piel sientas la libertad de la paz interior, entonces la prosperidad se manifestará en ti de manera integral. Todo esto solo lo lograrás y disfrutarás sanando tu niño interior.

El camino está abierto y tú ya sabes por donde ir pues la felicidad espera por ti.

Libérate del pasado, rescata a tu niño interior, sánalo, intégralo con el adulto naciente y habrás llegado a tu meta deseada.

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