Cuando llega la tragedia

Nunca estamos lo suficientemente preparados para las catástrofes naturales en nuestras vidas, cuando llega la tragedia sorpresivamente derriba todas nuestras esperanzas, sueños, proyectos y objetivos por los cuales estábamos luchando en la vida.

El pasado fin de semana un terremoto sacudió al Ecuador nuestro país hermano y vecino dejando varias personas muertas y muchísimas más heridas y damnificadas, pues perdieron todo lo que tenían. En situaciones como esta cuando llega la tragedia a nuestras vidas, el sol pierde su calor, los colores de la naturaleza se tornan en grises y oscuros y el arco iris de nuestra fe se opaca convirtiéndose en una incertidumbre constante que nos alimenta con pan de lágrimas al observar las pérdidas y nuestras vidas hechas añicos.

En situaciones como esta nuestro primer grito es donde esta Dios? Por qué me pasó a mí? Que hice yo para merecer semejante castigo? Etc., todas las creencias preconcebidas que traemos de nuestros antepasados en lugar de apoyarnos en situaciones tan dolorosas como estas, solo refuerzan la incertidumbre, la impotencia y en ocasiones la culpa, pues nos llevan a pensar y creer que estamos pagando un castigo por nuestros pecados o es un castigo divino.

Hoy en medio del dolor que está viviendo el pueblo Ecuatoriano es importante saber que no solo ellos están pasando por esta dolorosa situación, pues tenemos al otro lado del océano al pueblo Japonés, que también están viviendo situaciones semejantes de pérdidas humanas y materiales. Además de los otros países que están en guerra donde diariamente centenares de hermanos nuestros pierden la vida por diferencias raciales, políticas, culturales y religiosas, que a los sobrevivientes les llevan al borde de crisis emocionales donde las puertas y los caminos se cierran y las plegarias a los dioses parece no ser escuchadas o tener efecto ante el dolor.

Queridísimo amigo amiga, si eres un sobreviviente de la tragedia déjame decirte que tienes todo el derecho a protestar, llorar, gritar maldecir o expresar tu rabia, impotencia o dolor en la manera que to lo quieras hacer. Hazlo y saca el exceso de dolor y cuando sientas que estás listo para continuar a pesar de los pesares continúa con tu vida y haz desde cero un nuevo proyecto de vida donde las amargas y dolorosas experiencias en lugar de detenerte te ayudan a construir en tu interior unos cimientos más firmes que te ayudan a empoderar tu vida y la de los tuyos en un nuevo amanecer donde la vida vuelve a florecer como un hermoso jardín donde transcurre el amor.

Cuando llega la tragedia y sobrevives tienes dos opciones, morir de dolor emocional, o construir sobre sus ruinas un nuevo monumento para la vida. 

Desde lo más profundo de mi corazón envió un abrazo de solidaridad a todas las personas, que en este momento están pasando por una tragedia en sus vidas.