La sombra del 11 de septiembre
La sombra del 11 de septiembre de 2001, que nubló las alegrías y esperanzas, de miles de personas que perdieron allí a sus seres queridos, sigue y seguirá vigente en la mente, recuerdos y memoria de la humanidad.
Pues ese terrible 11 de septiembre de 2001 donde unos pocos hombres llenos de odio por la humanidad, perpetuaron el ataque terrorista contra las torres gemelas no solo atentaron contra una estructura física y emblemática de los Americanos, sino que atentaron contra la humanidad misma dando un claro mensaje de odio, destrucción, xenofobia exterminación de la especie humana.
El dolor de los familiares
Muchísimos niños quedaron huérfanos de padre y madre, padres que perdieron a sus hijos, otros perdieron a sus hermanos, tíos, primos, amigos y conocidos que por muchos años hicieron parte de sus vidas, La sombra del 11 de septiembre siempre estará en sus mentes como un fantasma horroroso muy difícil de vencer por el alto grado de dolor, vacío, desolación e incertidumbre que dejó la pérdida de esos maravillosos seres queridos.
Los sobrevivientes
Las noches siguen siendo largas sin poder conciliar el sueño, el momento donde se logra dormir las pesadillas repetitivas de los gritos, las ambulancias, alarmas de emergencias, acompañados de las imágenes del dolor los edificios cayendo y desmoronándose sobre las personas y demás imágenes aterradoras, con sensaciones de incertidumbre, impotencia e incapacidad para salvar a los que están cayendo, son el común en los sobrevivientes de este terrible día, donde la sombra del 11 de septiembre de 2001 es como la cobija inseparable de sus vidas, ya que muchos siguen traumatizados sin recuperarse de esa terrible experiencia, que partió la historia de su vida en dos.
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El mundo se consternó
Ese día estaba lejos de casa y mi desayuno se congeló, cuando del segundo piso de la casa donde yo estaba, bajaban los niños llorando acompañados de sus padres y abuelos, en un mar de lágrimas que salían de sus ojos, los que tomábamos el desayuno en ese momento supimos que algo aterrador había pasado, en ese momento la auxiliar de servicios domésticos sale llorando a los gritos de la cocina diciendo el mundo se esta acabando, mi anfitriona la Doctora Leonor me dijo Pastor, hubo un atentado en los estados unidos contra las torres gemelas han chocado dos aviones y están envueltas en llamas. En ese momento mi tasa de te que estaba caliente por el inmenso frio que hacia ese día, se congelo acompañado de un frio tétrico y paralizante que cubrió mi cuerpo, solo nos miramos y abrazamos en silencio haciendo un circulo humano de amor que sufría por la barbarie que nuestros hermanos estadounidenses sufrían.
Luego encendimos la televisión y veíamos la reacción de muchísimas personas de otros países que estaban consternados y no lo podían creer, se veía el dolor en sus rostros por la tragedia que estaban viviendo nuestros hermanos, hoy la sombra del 11 de septiembre de 2001, vuelve a aparecer en nuestra memoria al recordar las vidas que se perdieron y el inmenso dolor que ese atentado terrorista dejó en nuestras almas como una marca de dolor difícil de sanar.
La solidaridad humana ante la pérdida y el dolor
A pesar del intenso dolor y el temor que se generalizó por los atentados, estos no impidieron las demostraciones de afecto, apoyo y solidaridad de los buenos seres humanos a nivel mundial, pues los vecinos salimos a las afueras de nuestras casas a encender velas, faroles, poner flores hacer oraciones, enviar buenas energías a hacia los familiares y sobrevivientes, además nos acercamos a los vecinos que no conocíamos y nos unimos con una misma intención de ayudar desde la distancia con nuestra solidaridad.
Esta solidaridad se vio desde el mismo día recuerdo que pasado el medio día salimos a la calle con los niños a comprar alimentos y nos encontrábamos con la solidaridad y el dolor manifiestos en los transeúntes, el seños que vendía el periódico tenia lagrimas en sus ojos, el centro comercial estaba en silencio sin la habitual música alegre que siempre se escuchaba, las cajeras del mercado lloraban mientras nos atendían y registraban los alimentos que habíamos comprado, el panadero cuando nos vio llegar entro en llanto y corrió a abrazarnos articulando que sentía un dolor muy grande en su alma al pensar que existieran seres humanos tan perversos que le quitaran la vida a miles de personas, gestos como estos fueron no solo locales sino a nivel mundial donde los humanos nos solidarizamos y sensibilizamos ante el dolor.
Lo que la sombra del 11 de septiembre no se pudo llevar
La sombra del 11 de septiembre de 2001, se llevó al rededor de 3.000 personas fuera de los heridos y sobrevivientes que quedaron traumatizados de por vida, sin embargo no se pudo llevar las esperanzas y deseos de un mundo maravillo y lleno de paz que reside en lo profundo del corazón de millones de seres humanos que vibramos en una energía o conciencia distintos, donde la tolerancia, el amor y la aceptación de las diferencias son nuestro común denominador.
En estas fechas cuando se recuerda la sombra del 11 de septiembre de 2001, yo enciendo una vela, pongo flores y nuevamente elevo mi plegaria al universo por un mundo más pacífico y lleno de amor.
Pastor García es un destacado Terapeuta Especialista en Terapia Regresiva Reconstructiva y en escuchar Personas, Consejero Escritor y Coach cuyo trabajo ha influido en la vida de miles de personas en todo el mundo, actualmente reside en Medellín, Colombia. Nacido en una familia con antecedentes de Depresión y enfermedades psicosomáticas, Pastor García fue enseñado sobre la difícil situación de la condición humana desde una edad temprana.
«Lo que es más importante para mí, es que mis pacientes reciban una terapia excepcional, brindada en el contexto de apoyo incondicional, sin prejuicios, aceptación, seguridad y compasión».
Cuando sea apropiado, permíteme alcanzar tu pasado y resolver aquellas cosas que aún pesan en tu alma. Juntos encontraremos una manera de trabajar en ello y encontrar las mejores soluciones para ti.