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Mi Niño Interior
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8 de junio de 2016
elninointerior

Mi niño interior

Esta experiencia me la compartió un joven de 26 años después de su tercera terapia para tratar un cuadro depresivo grave, que ha padecido por mas de 5 años. Él no se ha sanado aún, pero está descubriendo paso a paso elementos muy valiosos en su vida que había olvidado en el rincón del dolor:

“Estás enfermo porque olvidaste jugar, cantar, soñar y sonreír como lo hacíamos a los siete años”, fueron las palabras de mi niño interior en medio del cálido abrazo que me dio al encontrarlo y traerlo de nuevo a mi vida actual.

 

Anoche, antes de dormir, hice la meditación del niño interior que se me había recomendado hacer. Luego, me dormí muy rápido y empecé a soñar que avanzaba por un oscuro bosque lleno de telarañas, murciélagos y bichos extraños, sentía miedo y ganas de devolverme del camino, pero el llamado de un niño me animaba a seguir avanzando por ese oscuro bosque.

elninointeriorAl final, llegué a una cueva donde me vi a mí mismo de unos siete u ocho años allí atrapado entre telarañas. Me armé de valor y rescaté a ese niño temeroso de allí, él me abrazó intensamente mientras me repetía una y otra vez: “Estás enfermo porque olvidaste jugar, cantar, soñar y sonreír como lo hacíamos a los siete años”.

 

Mi niño interior me está enseñando a reír nuevamente y a encontrarle el valor a la vida a partir de las cosas sencillas y pequeñas. Además, mi niño interior es como un maestro pues, desde que soñé que lo rescataba de la caverna, veo su actuar en la cotidianidad de mis días.

 

Antes vivía dopado con psicofármacos y encerrado en un cuarto oscuro, a veces en mi cama, otras veces sentado en total silencio deseando mi muerte, pero ahora disfruto de la luz del día, salir a caminar y estoy retomando mi vida social y familiar que había dejado atrás. Aún siento temores porque estoy ante algo nuevo y fascinante, pero en lugar de claudicar y rendirme, sigo adelante en mi proceso conociéndome a mí mismo y aprendiendo de mi propio yo: mi niño interior.

 

Mi niño interior está cambiando la forma de percibir la vida y el mundo que me rodea, doy gracias a Dios por encontrarme conmigo mismo a través de mi niño interior y por todas las cosas nuevas que estoy conociendo y aprendiendo de mí mismo.

 

Esto nos muestra que cuando abrimos las puertas de la mente podemos sanar a nuestro niño interior y encontrar la paz de nuestra alma.

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