¿Recuerdas la primera casa de tu infancia?
¿Alguna vez ha regresado a la casa donde nació y vivió su infancia? Si es así, ¿ha tenido alguna vez una experiencia así: las casas y las habitaciones son mucho más pequeñas de lo que parecían cuando eran jóvenes? ¿Recuerdas que el patio trasero es muy grande, pero cuando creces te das cuenta de lo pequeño que es?
Este es un estudio de caso de un hombre que, cuando cumplió los sesenta años, decidió que quería visitar el antiguo barrio. Tenía varias razones para querer hacer esto. Cuando él y sus amigos se reunieron, hubo una tendencia a recordar el pasado y la vida en ese entonces. En general, el tema trataba sobre los «buenos tiempos» y cómo esos fueron los mejores tiempos en comparación con el mundo actual. Esperaba recuperar los recuerdos de sus padres y su familia extendida. Quizás solo cumplir sesenta era razón suficiente para querer volver. Por un lado, tenía sentimientos nostálgicos sobre el antiguo lugar.
Sin embargo, el resultado de su visita no fue bueno. El hombre salió sintiéndose deprimido y vacío. Prometió no volver a hacer eso nunca más. Descubrió que el antiguo barrio era estrecho, sofocante y lúgubre. Recordó que esa era la razón por la que se alejaba y seguía adelante con su vida.
Se dio cuenta de que esos no eran los «buenos» viejos tiempos, pero que los «buenos» días son ahora. Quizás, para algunas personas, los recuerdos son mejores que la realidad. De hecho, el dicho de que «no puedes ir a casa» es cierto, al menos para él. En caso de que haya alguna preocupación por violar la confidencialidad, ese hombre soy yo.
Según el profesor de psicología Jerry Burger, PhD de la Universidad de Santa Clara, millones de personas de treinta y más años visitan la casa en la que vivían aproximadamente entre los 5 y los 12 años. En aras de la aclaración, no visitan a personas de su pasado. Su interés está en visitar el hogar y el vecindario. ¿Cuáles son sus motivaciones?
Según el profesor Burger, hay tres razones por las que las personas visitan los hogares de su infancia:
1. Tienen el deseo de volver a conectarse con su infancia. Debido a que muchas cosas del pasado se olvidan, existe la esperanza de que, al regresar, puedan recuperar recuerdos que son importantes para ellos.
2. Para algunas personas que atraviesan una crisis o un problema, existe la necesidad de reflexionar sobre su pasado. Quieren reevaluar cómo desarrollaron sus valores y qué los llevó a tomar las decisiones que tomaron.
3. Como resultado de haber vivido abuso y trauma o haber sufrido algún tipo de abuso o trauma, existe la esperanza de que al regresar al sitio donde sucedieron estas cosas, ambos puedan encontrar un cierre y salir con la sensación de que han sanado.
El Dr. Burger informa que, si bien la mayoría de las personas estaban felices de haber hecho la visita, había tres razones por las que otros no lo estaban. Al igual que en mi caso anterior, estas personas no obtuvieron los resultados esperados. Por ejemplo, descubrieron que, a diferencia de los recuerdos románticos, en realidad, el lugar no tenía nada de romántico. Si estaban felices allí, no podrían recuperar esa felicidad y, para aquellos que experimentaron abuso y trauma, la visita les trajo dolor de espalda en lugar de un cierre.
Volviendo al concepto de vida consciente, se pasa demasiado tiempo viviendo en el pasado o preocupándose por el futuro. Una consecuencia es que no logramos apreciar ahora. Como señala Thich Nhat Hanh, el gran maestro budista de meditación y vida consciente, nunca volveremos a tener este momento, así que vívelo, experiméntalo, permanece en el momento.
Pastor García es un destacado Terapeuta Especialista en Terapia Regresiva Reconstructiva y en escuchar Personas, Consejero Escritor y Coach cuyo trabajo ha influido en la vida de miles de personas en todo el mundo, actualmente reside en Medellín, Colombia. Nacido en una familia con antecedentes de Depresión y enfermedades psicosomáticas, Pastor García fue enseñado sobre la difícil situación de la condición humana desde una edad temprana.
«Lo que es más importante para mí, es que mis pacientes reciban una terapia excepcional, brindada en el contexto de apoyo incondicional, sin prejuicios, aceptación, seguridad y compasión».
Cuando sea apropiado, permíteme alcanzar tu pasado y resolver aquellas cosas que aún pesan en tu alma. Juntos encontraremos una manera de trabajar en ello y encontrar las mejores soluciones para ti.