No hay un tema más explotado por la literatura, el cine, la televisión, o cualquier medio que nos venda fantasías que aquel en el cual un ser común y corriente posee oculto un destino importante y es un héroe para la historia.
El común denominador en todas las series y películas es describir a un personaje cuya tragedia es el preludio de una gran aventura, y que todas sus penas son parte de una serie de “pruebas” para demostrar que es el elegido.
La mayoría de las series y películas de fantasía siempre empiezan con personajes que van desde lo común y corriente (podría ser usted o yo), hasta aquellos cuyas tragedias siempre existieron (huérfanos, abandonados, destruidos, lastimados, etc.). Estos personajes, aunque viven enfrentando las dificultades de su día a día (como todos nosotros), un día reciben una visita, una carta mágica, o pasan por algún tipo de situación que cambia radicalmente su destino.
De ahí en adelante las historias que encontramos son variadas, pero todas convierten a nuestro protagonista en un ser especial, alguien a quien deben proteger, o quien finalmente desarrolla un potencial que ni el mismo podría sospechar.
Y aunque soñar y divertirnos por medio de la fantasía no es malo, vivir a través de un personaje de fantasía si lo es.
Podríamos pensar que esto solo sucedería en los niños, pero si analizamos bien, nos sorprenderíamos de la cantidad de adultos que viven sus vidas con la esperanza de convertirse en “seres especiales”.
No importa lo exitoso que pueda ser un ser humano, si sus parámetros para medir el éxito se basan en la fantasía. A diferencia de las series y películas, los libros y los cuentos, la vida real es una constante lucha de supervivencia, y no por lograr salir victoriosos de ella nos convertimos en “seres especiales”. Trabajar duro para convertirse en un super héroe o un personaje cuyo destino es “mas grande de lo que puede entender” puede llevarnos a perder el horizonte y, por tanto, conducirnos al fracaso.
Es importante que detectemos cuando se puede presentar este tipo de pensamiento mágico para conseguir controlarlo y evitar frustraciones innecesarias que nos llevarán hacia el camino de abandonar nuestros talentos reales por perseguir otros que suelen ser fantásticos:
- Necesidad de seguir a nuestro héroe: si pasamos de la emoción de ver un capítulo o película nueva de nuestro personaje favorito a sentir ansiedad o hacer girar nuestra vida alrededor de lo que sucede con el personaje, modificando nuestra vida real para no perdernos detalles de su vida imaginaria.
- Aislamiento social: si disminuimos de manera parcial o total nuestro contacto con personas reales para dedicarnos a la fantasía de compararnos con nuestro personaje favorito.
- Pensamientos intrusivos: si en nuestra mente empiezan a aparecer pensamientos recurrentes relacionados con que tan “especiales” somos, y dedicamos tiempo a buscar “señales” o pruebas de nuestra originalidad, en vez de concentrarnos en los talentos reales.
- Abandono de actividades: si se prefiere dedicar mas tiempo a nuestra fantasía que a nuestro trabajo, amigos, familia, relación de pareja, etc.
Es importante que estos sentimientos y pensamientos sean tratados a tiempo para evitar que el mundo de fantasía sobrepase la realidad, y así evitar que nuestro aislamiento nos convierta en personas frustradas y fracasadas, no por el hecho de que seamos incompetentes o poco talentosos, sino porque buscamos desesperadamente una señal de un acontecimiento que solo pasa en la fantasía.
Divertirnos y soñar es una cosa… Vivir en un mundo irreal es otra.
Pastor García es un destacado Terapeuta Especialista en Terapia Regresiva Reconstructiva y en escuchar Personas, Consejero Escritor y Coach cuyo trabajo ha influido en la vida de miles de personas en todo el mundo, actualmente reside en Medellín, Colombia. Nacido en una familia con antecedentes de Depresión y enfermedades psicosomáticas, Pastor García fue enseñado sobre la difícil situación de la condición humana desde una edad temprana.
«Lo que es más importante para mí, es que mis pacientes reciban una terapia excepcional, brindada en el contexto de apoyo incondicional, sin prejuicios, aceptación, seguridad y compasión».
Cuando sea apropiado, permíteme alcanzar tu pasado y resolver aquellas cosas que aún pesan en tu alma. Juntos encontraremos una manera de trabajar en ello y encontrar las mejores soluciones para ti.