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Como superar una pena de amor en 12 pasos
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19 de septiembre de 2017
terapia de pareja en linea

Como superar una pena de amor en 12 pasos

Cómo superar una pena de amor en 12 pasos, cuando el amor se acaba, y todo termina, nuestro corazón se arruga y nuestros latidos se vuelven más pesados, la vida se ve gris.
¿Se le hace conocido este sentimiento?

Todos alguna vez en la vida hemos sufrido de una pena de amor. Los días se vuelven grises y tristes, pero no inmanejables. Es cierto que aunque pase varias veces, y en distinta magnitud, desde terminar una relación de 3 meses hasta un matrimonio de muchos años, siempre duele.

 

Si usted está pasando por una situación similar, esta información es vital para salir de este aparente “agujero sin fondo”.



Para entender qué nos sucede en esta etapa, vamos paso a paso a analizar la situación y buscarle la solución al problema.

1. La pena de amor es como el resfriado común; son inevitables y cada vez que suceden son únicas e irrepetibles. En ambas debemos darle un tiempo prudencial al cuerpo para asimilar y curar la situación. Nos producen malestar general. En el caso de la pena de amor, puede producir dificultad para dormir, pérdida o exceso de apetito, sentimiento de culpa, crisis de llanto repentina y ansiedad. Pero igual que el resfriado, con algunos cuidados y tiempo, todo se cura.

2. No “ahogue sus penas en alcohol” porque ellas “ya aprendieron a nadar”. Muchas personas creen falsamente que para una pena de amor, una buena borrachera es la mejor solución. Totalmente falso. El alcohol nos hace más vulnerables, y además, crea más depresión cuando termina su efecto.

3. “Un clavo saca otro clavo”. Tener otra relación acabando de salir de una que nos está produciendo dolor no solo es irresponsable con nosotros mismos, sino también con los demás. Nos puede llevar a tomar decisiones apresuradas y equivocadas, que pueden terminar en relaciones conflictivas, que terminan por acabar de manera dolorosa, y llegaremos otra vez al principio. Así nunca vamos a poder salir de esta enfermedad.

4. Asuma la pérdida. No se aferre a lo que ya no existe, no sirve o no puede continuar. No busque culpables, algunas cosas pasan en la vida porque así deben pasar.

5. Llore hasta que se le acaben las lágrimas. Estudios químicos han demostrado que la composición química de una lágrima cambia cuando sale por un golpe físico, una alegría o una pena del alma. Las lágrimas de tristeza lanzan al corriente sanguíneo sustancias que nos permiten sentirnos mejor. Pero cuidado, busque un espacio tranquilo para llorar, si llora en la mitad de la calle la gente podría pensar que usted se está muriendo o está loco.

6. Haga bien las cuentas. No idealice los momentos felices. Si la relación se termino es porque no todo era maravilloso. Aún las relaciones buenas suelen tener sus altibajos. Evite hacer altares sagrados de los momentos felices. Cambie de sitio su cama, quite las fotos juntos, prepárese para seguir adelante.

7. Coma chocolate. No es un cliché ni una broma. Consumir chocolate ayuda a levantar el ánimo y nos deja ver que la situación no es de vida o muerte.

8. No se enceguezca de ira. Si se siente muy molesto, busque una actividad física. No importa si es practicar un deporte, limpiar a fondo su casa, o incluso bailar. La actividad física hace que el cuerpo vuelva a sus niveles de neurotrasmisores normales e impide que el cerebro se dedique a darle vueltas a su dolor.

9. Sáquele provecho a la situación. No se estanque. Inscríbase al gym, a un curso de cocina, a una excursión, o a lo que sea. Aproveche el tiempo en hacerse mejor a si mismo. Use esa energía en reinventarse y no en buscar culpables. Recuerde que este dolor no es eterno, así que no vale la pena alargarlo. Reinvéntese y sea feliz.

10. Ríase de usted mismo. Por dolorosa que sea la pena, buscar la parte cómica de la situación lo hará sentirse libre. Así que en vez de sentir lástima por si mismo, mejor mire lo gracioso que puede ser y no cometa los mismos errores.

11. Tenga cuidado con a quien le comparte sus penas. Es muy cruel decirlo, pero aún se aplica el dicho de que “el hombre es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”. Las penas pueden ser compartidas par que sean más livianas, pero elegir con quién hacerlo es importante.

12. Consulte con su psicólogo de cabecera. Es el sitio mas seguro del mundo. Es un profesional idóneo, no revelará sus secretos y además, lo acompañará en su dolor hasta que este desaparezca y usted vuelva a su estado normal. No es necesario tener muchas sesiones, y si es un alivio para el alma. Si usted quiere tener una hermosa sonrisa, va a donde un odontólogo que lo haga mas bello. Si usted quiere un alma productiva y feliz, va al psicólogo.

Aprenda a manejar su dolor, y recuerde que es pasajero, así que tome las riendas de su vida, no se niegue a la felicidad y recuerde que quizás este no es el primero y puede no ser el último.

 

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