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Libertad y Niño Interior
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12 de noviembre de 2015
elninointerior

“Libre… como el viento” dice la canción de Nino Bravo, linda comparación de la libertad. En el campo emocional la libertad te permite decidir, vivir y disfrutar con pasión las cosas que te gustan sin depender de nadie en ningún sentido, completamente feliz, sin cadenas. Es por lo cual la libertad y el niño interior se dan la mano.

Libertad (del latín libertas, -ātis) es la capacidad de la conciencia para pensar y obrar según la propia voluntad.

Teniendo en cuenta lo anterior más las otras definiciones que conocemos de la libertad entramos en el terreno del niño interior donde la libertad es vital para su desarrollo y existencia pacíficos.


El niño interior

Se le podría dar varias definiciones al niño interior:
– El niño interior es el conjunto de grabaciones guardadas de los 0 a los 7 años de edad, luego al crecer y llegar a la edad adulta constantemente se está reproduciendo dichas grabaciones que se evidencian en los comportamientos emocionales.

– Conjunto de experiencias guardadas desde la infancia en la mente inconsciente que al ser descubiertas potencializan al adulto.
– Ser espiritual donde yace la totalidad de las posibilidades para ser felices.
– Disco duro donde se guardan las experiencias de la infancia, tanto gratas como desafortunadas, y que al sanar y liberar la mala energía de las últimas, se renace a una nueva vida de abundancia, paz y prosperidad.
– Sabio escondido en lo secreto de ti que puede guiarte en las situaciones complejas de la vida y llevarte a trascender.
– Maestro que enseña caminos nuevos desconocidos y misteriosos.
– Luz que ilumina tus pasos, mano que te bendice y ama en los arduos momentos de la vida.
– Ser de luz que emerge desde las profundidades de tus tinieblas, para aclarar tu vida.

La libertad y el niño interior se pueden integrar en la medida que se da el proceso emocional curativo donde el niño interior es liberado de sus ataduras, cadenas o esclavitudes del pasado, generados por el entorno familiar o por terceros que influyeron y afectaron sus primeros años de vida con experiencias dolorosas o traumáticas que le impidieron crecer y madurar de forma sana y adecuada.

¿Cómo experimentar la libertad y el niño interior de forma sana y adecuada?

Para ir al cielo hay que morir, dicen los religiosos, pero vemos en la realidad que nadie quiere morir, por lo que no es la mejor manera de vender la idea del cielo. En el campo personal e integral para experimentar la libertad y un niño interior sano, es necesario un proceso terapéutico personal y profundo, pero diferente al caso del cielo de los religiosos, donde se requiere de la muerte para disfrutarlo, es preciso de un proceso profundo que, inicialmente, puede ser doloroso de acuerdo a los niveles de dolor de ese niño interior a quien vamos a ayudar a sanar para que, posteriormente, se experimente esa libertad y ese niño interior integrados.

Tres ejercicios para preparar el terreno:
1. Medita. La meditación ayuda a relajar el cuerpo y a liberarse del estrés y las tensiones físicas, además te ayuda a abrir la mente y a entrar en estados ampliados de conciencia, los estados perfectos para sanar tu niño interior.

2. Escribe tu biografía personal. Al escribir la historia de tu vida estarás desempolvando los rincones del cerebro donde posiblemente se estén ocultando recuerdos que no quieran salir a la luz, esto ayudará demasiado en el momento de la terapia y reducirá notablemente el dolor emocional.

3. Agradece a Dios o a la vida por tus logros. Cuando agradecemos estamos lanzando un búmeran al universo que pronto regresará multiplicado, beneficiando nuestra integralidad y ayudándonos a sanar el amor propio y reconocimiento de nosotros mismos como totalidad y no como dependencia.

Estos simples ejercicios abonarán la tierra donde sembraremos la semilla de la libertad y el niño interior sano.

Este proceso lo puedes hacer de manera rápida y profesional si hoy mismo decides hacerlo, y una de las mejores herramientas o recursos terapéuticos de la que puedes echar mano para lograrlo en corto tiempo es la Terapia regresiva Reconstructiva (TRR), pues va directamente a la raíz del problema y actúa de forma segura, sanadora, reparadora y ecológica.

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