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La Caverna Terapia Regresiva Reconstructiva
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12 de noviembre de 2015
Pastor-Garcia-Terapeuta

La Caverna Terapia Regresiva Reconstructiva

Esta es una experiencia personal de uno de mis pacientes a quien llamaremos Juancho , él la escribe como parte de su trabajo terapéutico y me la envía.
Al parecerme una experiencia única y transformadora la quiero compartir contigo, para que conozcas un poco más sobre lo que sucede dentro de una sesión terapéutica con Terapia Regresiva Reconstructiva.

Cabe aclarar que tengo el permiso del Paciente para publicar esta experiencia, es por ello que su nombre ha sido cambiado para proteger su derecho a la privacidad.

Juancho en su Caverna

Esta es la historia de Juancho, un hombre que decidió emprender el recorrido más importante de su vida, buscando las respuestas a la gran cantidad de preguntas que siempre ha tenido sobre el propósito de su vida.

Con este objetivo decidió acudir a un especialista en Terapia Regresiva Reconstructiva, ya que siempre ha sentido y sabido que la raíz de sus problemas en el presente, especialmente en el aspecto financiero y social, se debe a patrones limitantes que fueron implantados desde su infancia.

En una de las sesiones con su terapeuta y guiado de manera profesional por él, llegó a un cuarto oscuro, el cual se encontraba ubicado en el sótano de un edificio. Juancho solo lograba observar al lado izquierdo de dónde él se encontraba como una especie de mesas (conocidas como pollos) con varios lavaplatos, en la parte de debajo de estas mesas, en una división, sabía que había una serie de elementos como de laboratorio o de una sala de cirugía, lograba identificar pinzas, una sierra y sabía que había más elementos pero no lograba identificarlas claramente. Juancho empezó a sentir que se encontraba en una sala de cirugía e incluso de partos.

Con la ayuda profesional del Terapeuta, y con el propósito de ahondar aún más en el subconsciente de Juancho, fue traslado a otro sitio y tiempo para lograr identificar que motivaba en él la visualización de esos elementos.


En este sentido Juancho se trasladó a un tiempo y espacio diferente y anterior al actual, encontrándose de repente en una caverna muy oscura y relativamente pequeña. Esta caverna se encontraba enclavada en la parte alta de una montaña, se sentía en un sitio extremadamente lejos. La parte externa de la caverna era excesivamente pequeña, casi no existía, es decir que prácticamente no se podía salir de ella. En ese momento estaba lloviendo fuertemente y se sentía una extrema soledad. En el interior y al fondo de la caverna había una hoguera, el fuego, de un fuerte color amarillo, eran alto y las llamas se movían constantemente por el aire que entraba a la caverna. Estas llamas generaban muchas sombras en las paredes de la caverna. Sombras que tomaban diferentes formas y se movían constantemente, y ocupaban entre las paredes y el techo de la caverna.

Juancho, en medio de su temor y de su desconcierto al estar en ese sitio, y después de varios segundos, logró identificar que una de las sombras terapia en línea proyectadas correspondía como al de un niño de más o menos 6 ó 7 años. En medio de su intriga al notar este tipo de sombra reflejado en la pared de la caverna, pudo sentir que se trataba de la imagen de su hijo no nacido, lo cual le causó extrema tristeza y nostalgia y no pudo evitar derramar lágrimas y sentir una opresión en su pecho, ya que en ese instante sintió en mayor grado la culpabilidad que siempre lo ha acompañado por más de 20 años; ya que Juancho en acuerdo con su esposa, evitaron que este hijo naciera, debido a los temores que en ese momento tenían en su vida al no contar con recursos suficientes para garantizar una correcta crianza a ese hijo.

El terapeuta en su sabiduría, comprendió que esta situación la estaba viviendo Juancho debido a que el hijo no nacido aún no había encontrado la luz y por eso hizo presencia en ese instante, por tal motivo orientó  a Juancho para que realizará en compañía de su esposa el bautismo de su hijo, para lo cual lo ayudó para que se trasladará a una parroquia dónde se podía ver al lado de una pila bautismal bañada en oro y procedió a bautizarlo con el nombre que hubiese querido para su hijo.

Después de llevada a cabo la ceremonia de bautismo, Juancho regresó a la caverna, y con extrema felicidad pudo observar que esta era diferente a como la había dejado. Ya no estaba lloviendo, el cielo estaba abriendo y había más luz. La parte exterior de la caverna era más amplia, por lo que se podía salir de ella sin ningún inconveniente. El día ya era alegre, incluso se podía escuchar algunos pájaros con su trinar. La caverna ya no producía ese temor, soledad, tristeza y nostalgia de antes. Al interior de la caverna aún había fuego, pero éste era diferente, un amarillo más alegre e incluso observaba colores de tono rosado.

Juancho, con la ayuda del terapeuta, habló con su hijo, un ser que ya había encontrado la luz y un ser iluminado. Juancho obtuvo el perdón de su hijo y le respondió algunas de las preguntas que Juancho tenía por mucho tiempo.



Juancho pudo por fin encontrar la paz en su alma al sentirse perdonado por su hijo, ya que ese sentimiento de culpabilidad lo estuvo acompañando por todo este tiempo.

Después de esta experiencia fabulosa con su hijo, Juancho regresó al cuarto dónde había iniciado esta extraordinaria travesía y pudo notar como este cuarto también era diferente. Había más luz, ya no se encontraban aquellos objetos que antes observaba, incluso cuando salió del edificio donde se encontraba este cuarto, también era diferente, pasó de ser un edificio simple, normal, con ventanas cerradas, a un edificio moderno, diferente con balcones, florecido, mucho más hermoso que el edificio anterior. Cuando Juancho quiso identificar el nombre de ese edificio, observó que este se llamaba PLENITUD.
FIN

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