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Michi el conejito inquieto
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14 de diciembre de 2018
elninointerior

Michi el conejito inquieto

Había una vez una escuela a donde asistían todos los pequeños animalitos.  Todos eran distintos y cada uno tenía sus habilidades especiales.  Entre todos ellos, habían dos grandes amigos: Michi, un conejito alegre y juguetón, y Tobi, un elefantito muy inteligente y aplicado.

Tobi era el muy disciplinado.  Hacia todos sus deberes y gracias a su excelente memoria, tenía muchas notas altas y sus profesores lo felicitaban con mucho frecuencia.

 

Michi era muy juguetón.  Tenía un hermoso pelaje blanco, pero como se la pasaba jugando todo el tiempo, era común verlo desaliñado y algo sucio.  Muchas veces no prestaba atención a sus profesores por estar entretenido en otra cosa distinta a estudiar.

 

Michi y Toby se reunían después de clases, jugaban juntos y compartían sus sueños y aventuras.  Toby había pensado durante mucho tiempo que debía decirle a su amigo Michi que aunque lo quería tal y como es, debería tratar de prestar más atención a sus estudios.

 

Un dia Toby se decidió a preguntarle a su amigo:

-Michi, no has pensado en buscar alguna forma de volverte más ordenado en el colegio? Yo te puedo ayudar!

 

Michi se le quedó mirando con tristeza.  Sentía que Toby era la única persona en el mundo que no le había criticado el hecho de ser tan inquieto y juguetón.  Se sintió abandonado por su mejor amigo:

– Toby, tú también me vas a criticar que no puedo quedarme quieto!!! Para ti es fácil! Tu memoria es perfecta, te concentras con facilidad … Yo no sé hacer eso!!!

 

Michi se fue sin despedirse de su amigo, y Toby se sentía confundido.  Él no quería hacer sentir mal a su amigo, solo quería verlo mejorar.

 

Pasaron los días y Michi y Toby no se hablaban.  Se les veía tristes y pensativos.  La mamá de Michi llamó a la mamá de Toby muy preocupada:

– hola señora elefanta, habla con la señora conejo.

– hola señora conejo, estaba pensando en llamarla.  Toby está muy triste y no ha vuelto a jugar con Michi, que estará pasando?

– Fíjese que para eso la llamo.  He visto a Michi triste y quería saber si usted también sabía algo.

Las dos mamás hablaron durante mucho tiempo y llegaron al acuerdo de volver a reunir a sus hijos.  Planearon llevar juntas a sus hijos a un parque, y que así pudieran aclarar sus diferencias.

– hola Michi

– hola Toby

– Michi, aún estás enojado conmigo?

– No, solo estoy triste.  

Me dejarías explicarte porque te dije lo que te dije.

 

Toby le explicó a su amigo Michi el conejito que era demasiado especial, y que por eso el quería ayudarle enseñándole las técnicas que el usaba para aprender más rápido.

Michi aceptó su error y empezó a poner en práctica los consejos de su amigo. 

Se dió cuenta que las personas que te aprecian y te aman también deben corregirte cuando estás equivocado para que mejores.

Pronto Michi recibió un premio en su colegio por haber mejorado tanto en su estudio.  Todos lo felicitaban y allí aprendió que todo lo puedes lograr, incluyendo tus objetivos con la ayuda de las personas que te aman.

 

«Esta serie de metáforas se crean personalizadas y por encargo de acuerdo a la situación a tratar en el niño o persona que lo requiera». 

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